Quentin Debras
Empecé a volar en 2006 cuando tenía 14 años siguiendo los pasos de mi padre. Desde entonces, me he dedicado principalmente al vuelo de distancia y a la competición internacional, con una fuerte preferencia por el vuelo de altura, incorporándome al equipo nacional belga en vísperas del Campeonato de Europa de 2018. He hecho varios pódiums locales y he estado en el top 10 de diferentes campeonatos, pero me gustaría destacar mi primera posición en el Belgian Ardenne Open 2021 donde competí con mi vela Icepeak X-One.
Hace poco que también soy piloto profesional de helicópteros y estoy mejorando constantemente mis habilidades en las diferentes disciplinas aéreas, siempre dispuesto a compartir mi pasión por el vuelo con todo el que me rodea. No dejo escapar ninguna oportunidad de hacer una pequeña carrera acro o de llevar a mis amigos y familiares en un vuelo tándem.
Tengo muchas historias que explicar sobre todos estos años como piloto de parapente: Grandes momentos, vuelos magníficos, compartiendo experiencias con otros pilotos y conociendo muchísima gente por todo el mundo. Ahora que doy mis primeros pasos como miembro del Team X1X empieza un nuevo capítulo en mi aventura y estoy seguro de que será muy interesante.
Para mí, el día perfecto empieza con un vuelo en helicóptero por la mañana, coger el parapente y pasear con los amigos en Ardenne, y llegar a tiempo para hacer una barbacoa para cenar con mi familia... Estos días no tienen precio y te hacen amar la vida.
Una vez, unos cuantos pilotos hicimos un vuelo de travesía desde el norte de Francia y volamos casi 200 km hacia el sur. Cuando aterrizamos, después de casi 8 horas de vuelo en condiciones bastante difíciles, nos dimos cuenta de que ninguno de nosotros había planeado una lanzadera. Era domingo, las 7 de la tarde, estábamos lejos de casa y todos trabajábamos en Bélgica al día siguiente... ¡Volver fue toda una aventura!
En 2016, estando de Erasmus en Finlandia, empecé la temporada de Cross Country allí y despegué por primera vez usando un remolque. Tengo recuerdos inolvidables pilotando entre tormentas de nieve y sobrevolando el paisaje nevado.
Hace unos años aprobé mi licencia de piloto profesional de helicóptero con la intención de hacer de la cabina mi oficina diaria. De hecho, el parapente me ayudó con mi formación, dándome muy buenas sensaciones en el aire.
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